Desde el inicio del tiempo existió la buena y la mala gestión.

En el principio fue el reinado de las grandes gestiones, cuyas hazañas quedaron para siempre en la memoria colectiva defendiendo a los indefensos, a los sin voz, a los necesitados de siempre combatiendo todo tipo de injusticia.

Pero con el paso del tiempo un extraño cambio dio vuelta la historia.

Algunas grandes gestiones fueron mutando, vendiendo sus lealtades, engañando a quienes los habían elegido para defenderlos, traicionando a sus propias palabras, pensando en su beneficio propio, olvidándose de todo y de todos.

Ya nadie sabía a quien creerle, cual era la mala y cual era la buena gestión.

Y fue así que surgió la otra gestión…la gestión que se pregunta, la que se cuestiona, la que está en contra de nadie y a favor de todos.

ESA GESTIÓN ESTÁ CRECIENDO EN ESTE INSTANTE...

martes, 31 de mayo de 2011

INDICACIONES PARA RECONOCER EL SÍNDROME DEL CORAZÓN ROTO



A saber:

- Intenso dolor de corazón o alma o ambos.
- Depresión del sistema inmunológico.
- Producción de llanto incontenible.
- Falta de apetito.
- Sensación de fatiga.
- Incremento excesivo de nicotina en cuerpo (no excluyente).
- Perdida de ganas, cabello y amor propio (según la involución del paciente)

Se recomienda:

- Tratar en lo posible de no recordar momentos felices y/o agradables de la persona causante del síndrome.

- Se recomienda no masturbarse trayendo al recuerdo del elemento causante del síndrome. Utilice otros recursos de otras personas para el mismo fin.

- Evitar tener cualquier tipo de contacto con el individuo mientras persista el cuadro por prevención a ocasionarse una mutación del mismo trasformando todo su ser en odio, ira y resentimiento.

- Evitar caer en tentaciones tales como tirarse debajo del Sarmiento y cualquier actividad no frecuente a su vida diaria.


Duración del cuadro:
El tiempo que necesite su corazón. Es importante escucharlo, si lo hace estará más cerca de sentirse mejor.

Dr. Varela

Abril 2011

lunes, 23 de mayo de 2011

DECISIÓN



“Las decisiones más dolorosas son las más acertadas” fue lo primero que pensé aquella mañana otoñal en donde mientras me arrastraba al baño, mis ojos colgaban como dos novatos equilibristas sobre mis mejillas, mi boca estaba podrida, pastosa y sin saliva y un fuerte dolor de alma viajaba por todo mi cuerpo en forma de montaña rusa. Sin embargo fue lo único que puede sacar en claro, la única frase que se repetía por cada teoría que intentaba construir sobre el asunto.
A la vez recordé mirándome atónito frente al espejo otra viaja frase conocida que rezaba: “El sujeto se convierte en hombre cuando toma decisiones”. Supuse entonces que dolorosamente me había convertido en un hombre. Pero no me sentía más hombre de lo que era cuando tome aquella decisión. Sinceramente me sentí más chico, más diminuto, casi ínfimo.
A pesar del agua sobre mi incendiada cara me seguía arrastrando. Me seguía doliendo y mucho, todo mi yo estaba convertido en un horrible dolor de alma. Mi único deseo era quedarme en la cama mirando el techo o el costado, daba igual, quería quedarme en un estado de momificación pero sin estar muerto, solamente en estado de pensamiento constante.
Aunque no había mucho sentido en mi deseo, tampoco había alguien que me lo pudiera cumplir, entonces tuve que generar mi propia resurrección en menos de media hora para no llegar tarde al laburo.
Tomar decisiones no era lo mío, nisiquiera sabía como se escribía correctamente. Siempre ante la duda era las dos veces C o S. Daba igual, no me importaba realmente.
Era un descanso pensar que otro podía tomarlas por mí, como regalarle un cheque en blanco a cualquier persona mientras no me toque poner la cifra. Mientras no me toque a mí decidir. Pero tampoco no era menos hombre que antes.
¿Fue la más acertada o la única que me quedaba? Me cayó por la cabeza mientras viajaba en el subte. Ni idea, creo que fue lo que sentí en ese momento, lo que quizás me indujo al dolor de alma, fue decir o decidirme sobre lo que realmente importaba, lo que cargaba en la espalda desde hace varios meses, lo que pude demostrarle en ese momento.
A la tarde me dijeron: “El tiempo te dará la razón”. Brillante, ya me sentía mucho mejor conmigo mismo ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Me hubiera ahorrado todas las teorías inconclusas de toda la noche anterior y parte de esta mañana. Pero que pelotudo, ¿Quién carajo te pensas que sos? ¿Un especie de Dios que baja de los cielos a este inmundo planeta para decirme que está todo bien y que el tiempo me dará la razón? Si yo nunca busqué tener razón, lo que busco es un por qué. Y dejame decirte que buscar tener un por qué es más complejo que buscar tener la razón. Además no era “una” si no “la” razón. Como si la razón fuera la única verdad cuando “la verdad” es relativa. Todo es relativo, lo único que es absoluto es el poder de la razón de cada uno.
Sabía que me tenía que haber quedado en casa, venir a trabajar era una perdida de tiempo.
Entonces volví por donde vine pero sin proponerme quedarme colgado en algo en la calle, simplemente caminarla, descubrirla y también descubrirme. Sentía que ya eran suficientes preguntas por hoy. Ya no me arrastraba tanto como antes pero el dolor de alma seguía igual.
Sentí que solo era cuestión de esperar y hacer un pequeño funeral de los recuerdos. Pero nunca me propuse esperar demasiado, no quería terminar creyendo que solo era una cuestión de tiempo, si no de asimilación.
La asimilación de tomar una decisión dolorosa puede llevarme cinco etapas o esquivas sensaciones como el enojo, la tristeza, la negación, la depresión y finalmente la aceptación. Me encontraba sin dudas en la tristeza casi llegando a la negación.
Creo que llegué a mi casa con la negación. Me tiré en la cama y no supe más que hacer, no lo quería entender ¿Por qué? Porque es horrible sentirse así, tan vacío, tan absurdo, tan inconstante. Minutos después había entrado en la depresión y me largué a llorar.
En un abrir y cerrar de ojos el día trajo a la noche sobre mi ventana. Prendí una luz y caminé, ya sin arrastrarme, hacia la cocina, tome un vaso de agua y fui hasta el living. Necesitaba salir de mí por un instante, necesitaba sacarme el dolor del alma pero desgraciadamente, para mí, seguía allí.
Aquellos ojos que antes me miraban con amor desde aquella noche anterior y para siempre me mirarían con miedo. Como tratándome de decir que no lo hiciera, sin embargo lo hice y fue la decisión más dolorosa que tuve que tomar y por ende fue la más acertada. Supongo que me habría convertido en un hombre y que el tiempo quizás me daría la razón.
Terminé de limpiar su frágil cuerpo, herido, lleno de sangre, acomodé sus delicados brazos sobre su regazo, cerré sus ojos, acaricié su fría y marchita piel y me senté a su lado. Prendí un cigarrillo y le conté muy entusiasmado alguna historia del pasado. Esas que siempre odiaba que le contara.
En un instante el dolor de alma había desaparecido por completo. Había llegado a la aceptación.
Sin perder la sonrisa.

Fin.

miércoles, 11 de mayo de 2011

PRIMERA y (Última) SALIDA (femenino)



No me interesa. En realidad no me interesa en lo más mínimo para ser estrictamente sincera, nada, ni un poco.
Estamos los dos frente a frente desde hace más de una hora y lo único que sabe hacer es hablar de si mismo todo el tiempo y encima me tira poses de ganador con esa remerita tres talles menor para que le admire esos horribles músculos de gimnasio para putos que se creen hombres mirándose al espejo. Es realmente patético.
No se de que me está hablando, bah, tampoco me interesa, seguro intenta convencerme de que vayamos a garchar, que será lo mejor que me pueda pasar en la vida. Que falta de respeto, nisiquiera es capaz de pedirse algo como la gente. Speed con vodka. Que pelotudo. ¿Será verdad que si te tomas uno de esos y al otro día jugas al fútbol te da un bobazo? Quizás le tire la onda, en una de esas cumple mi deseo, que se yo.
Dios mío, para esta cosa me maquillé, me cambié y salí de mi casa. Suerte que por lo menos vino con el auto, que de seguro es del viejo. Para mi que le estuvo quemando la cabeza durante un mes para que se lo preste para salir conmigo ja ja ja. Que privilegiada me siento, He Man me sacó a pasear en su auto y me trajo a este bar de mierda en donde si le pedís una picada te traen un dvd de película Rápido y Furioso. Suerte para mi que por lo menos tenían fernet, aunque el muchacho que tengo en frente mío, si, el boludo este, me ofreció compartir un “Frizze” y que por supuesto le dije que ni en pedo, pero sutilmente.

- Gracias, pero no me caen bien los vinos espumantes

Mentira, me dan ganas de vomitar hasta por las uñas y si es en su cara o en el auto del padre mejor.
Si hay algo que nos diferencia de los hombres es nuestra sutileza y el poder para hacernos las boludas, entonces ¿Cómo hago para decirle que me intimida un poquito que me esté relojeando las tetas todo el tiempo? Tampoco fui demasiado discreta para vestirme, digamos, si las tengo ¿Por qué no voy a mostrar? Sin contar que me puse el jean más ajustado para que se me marque bien el orto y seguro este pibe está incendiadísimo esperando que le de algún tipo de señal para ir a garchar, pero ni en pedo. Tampoco le voy a dar una mínima chance de hacerlo porque no soy una histérica. Pero bueno, un toque de maldad no está nada mal de vez en cuando.
Primero me habla de su vida (interesantísima por cierto) después de sus logros, luego de sus músculos y ahora me pregunta “¿Qué es lo que los hombres más admiran de mí?” Ummm, que pregunta, quizás si le digo como chupo pijas el muchacho sería capaz de producir un derrame lácteo al instante y puede que me manche las zapatillas. Mmmm…

- ¿Mis ojos?

Buena respuesta. Ahora que quiere, ¿Saber como soy en la intimidad? Wau. A ver, quizás si le digo lo que él quiere escuchar se entusiasme y se intente propasar y me pueda dar una buena razón para mandarlo a la mierda. No se, vamos a probar: “Soy re gauchita, entrego el orto fácil, me encantan las perversiones y tengo un disfraz de colegiala en la cartera para que me tomes lección oral cuando quieras”. No, un poco fuerte ¿Qué carajo le puedo decir?

- Ay, no se, es un poco rápido para hablar de esto en la primera salida ¿No?

Y si, sos demasiado goma querido, mirá como me haces hablar, aun así pensas que podes tener chances conmigo.
Escucha a Sabina, bárbaro, ahora me quiere entrar por el lado intelectual, nisiquiera debe saber que es español, en realidad nisquiera debe saber que canta.
Los hombres, por lo general, se matan por intentar hacernos creer que son inteligentes, sensibles y que saben escuchar. Yo también soy una boluda, ¿Cómo fue que terminé en esta situación con mister pescado? Quizás me lo merezco. Ay Dios… decime de una vez que querés ir a garchar así te puedo decir que ni en pedo.
¿Cuentas pajas se debe haber hecho este pibe conmigo? ¿Y si se lo pregunto? Solo de curiosa, que se yo, nah, es demasiado para una sola noche, igual que más da, si está hablando y hablando y me pregunta cosas como si fuera una adicta al sexo, que me muero porque me la ponga con esos músculos y esa impronta de macho dominante “Si...Si papi, dame duro que me encanta, dale llename toda de leche que soy tu puta come pija…” Que hijo de puta… Que boluda que me siento.
Perfecto, ahora se me hace el místico….

- ¿Y si pedimos la cuenta?


Fin.-

jueves, 5 de mayo de 2011

Primera y (Última) Salida...



Una historia en cualquier bar, en cualquier noche, en cualquier ciudad. Te puede pasar a vos, a él, a mi, a ellos. A todos.
Suerte para mi que pude entender el estigma de esta persona. Se lo dedico a él con todo mi cariño…

PRIMERA y (Última)SALIDA
Abril 2011

No me interesa. En realidad no me interesa en lo más mínimo para ser estrictamente sincero, nada, ni un poco.
¿Cómo fue que llegué a esto? Ni idea. Mi problema es que no puedo decírtelo para no parecer descortés, pero es lo que siento, lo único que me sale pensar, pero no decir.
Estás ahí, en frente mío levantando el vaso una y otra vez, abriendo la boca una y otra vez para meter tragos y tragos de cerveza como si fuera agua bendita mientras estamos atrincherados en este bar de mierda con la birra más cara del universo con muchísima gente a nuestro alrededor, la música al palo y sin un mínimo grado de intimidad.
Aun así te las arreglas para contarme con lujo de detalles todos tus trastornos, tus miedos, tus incertidumbres, pesadillas, dudas, males, sospechas y conspiraciones. Me tratas como si fuera el número de asistencia al suicida pero vos te crees que me contas cosas copadas para que no piense que solo sos un terrible orto caminando. Lamento decepcionarte, pero no me interesa saber que tan acomplejada con tu cuerpo estas, ni que es lo que piensan los demás de vos o si crees que Dios existe o es un invento de Facebook.
Sin embargo a pesar de mi cara de cola de trámite bancario trato de ponerle la mejor onda, total es esto o quedarme en casa matándome a pajas pensando en otros culos y otras tetas, aunque cada treinta segundos me vuelvo a replantear que idea es mejor en este momento.
¿Por qué me tengo que estar sometiendo a esto? No soy tu terapeuta, y si lo fuera tampoco me lo bancaria aunque te cobrara doscientos dólares la hora. Todo lo que dice es tan trillado, tan de película berreta, tan “Teenagger” y lo único que se decir es: “Ah” “Aja” “mirá” “claro” mientras tomo la cerveza de oro de a sorbos y pienso en tu entangado ocote.
Entiendo el imaginario popular de la primera salida, el concepto de la conquista y lo que todos llaman “el juego de seducción”. Lo que no entiendo es si vos entendes lo que yo entiendo por una primera salida. Hay superar el miedo, la vergüenza, el romper el hielo con algo, pero sos lo más parecido a un buque rompe hielo haciendo mierda toda la Antártida. Tenes una verborragia digna de un monólogo de Pinti y una expresión corporal digna del mejor ataque de epilepsia que pueda sufrir un ser humano… ¿Serás humana o simplemente Dios me está castigando por algo que me habré olvidado de confesar? Lo único que me puede salvar de esta situación es que me agarre una catalepsia, te creas que estoy muerto, me dejes en el Fernández y si te veo no te conozco. No se, es tan desesperante y yo como un boludo me puse el mejor perfume, para que, para esto, para escuchar al femenino de Leo Masliah recitándome en menos de una hora sus mejores cien momentos más tensos y angustiantes de su vida. Que hija de puta.
Intento desesperadamente inventar algún juego mental para no terminar en coma por “exceso de información no interesante” no puedo nisiquiera emborracharme para que me resulte más divertido, estoy más sobrio que cura en misa, estoy condenado a fumarte por el resto de la noche.
¿Cómo carajo hiciste para estar de novia? Me hablas de muchas ex parejas que no han prosperado porque “no daba más la situación”, pero que hija de puta que sos, aunque sea decime la verdad: “me dejaron porque les quemé tanto la cabeza que terminaron internados. Mandé más tipos al hospital que Mike Tyson”.
Seguramente debes pensar que la estoy pasando re bien, que me siento en Disneylandia, pero nada que ver, ya me duele los músculos de poner esta cara de pelotudo.
¿Cuándo podríamos empezar hablar de garchar? Digo, no por nada estamos acá, a no ser que pienses que realmente me interesa saber que tu amiga del alma tiene problemas conyugales porque a su novio le gusta jugar a la Play Station con sus amigos. Ehhh no, no me interesa. Bien podría invitarte a un telo y que mi chota se conozca con tu culo y que hablen en el vulgar lenguaje del garche por el orto de una noche y que treinta segundos después de que acabe te conviertas en una grande de muza. ¡Qué gran plan! Pero no, lo veo totalmente imposible.
Genial, ahora parece que el pobre tu gato se quiso escapar de tu casa, como lo entiendo, ojalá algún día lo logre…

- ¿Pedimos la cuenta?