martes, 28 de febrero de 2012
Manual del buen filito
“La figura del filito existe entre el momento del desamor y
la búsqueda del nuevo amor. No es un capricho, no es una fantasía, no es una
excepción a la regla, es una necesidad tanto física como emocional, es un arma
para combatir la soledad, es lo que uno encuentra cuando busca más allá”
El autor.
Introducción
El amor es la fuerza que todo lo puede. Mueve más que la fe
y nos hace sentir tan llenos de vida, tan lindos y tan hermosos que puede hasta
justificar cualquier estúpida acción de nuestra existencia.
El amor hacia la otra persona es tan viejo que podemos citar
la historia bíblica de Adán y Eva. El hombre viviendo solo en el paraíso ve
como los demás animales tienen una pareja y él no. Entonces intercede Dios que
todo lo sabe (y lo puede) concediéndole el deseo de una compañera para toda la
vida extrayéndole una costilla de su cuerpo. Así creó a Eva y todo el resto es
historia sabida.
El amor hacia el otro justifica en parte nuestra existencia,
nos da más razones para creer, nos otorga un equilibrio emocional y sobre todo
nos hace sentir menos solos en este mundo. ¿Pero que sucede cuando todavía no
aparece la media naranja? ¿Qué ocurre cuando hartos de tanto desamor ya no
creemos en el amor? ¿A quién se acude cuando no encontramos el equilibrio y la
desesperación es tan grande y la necesidad es aun mayor?
Es allí cuando aparece “El filito”.
Filito viene de “Filo”, término lunfardo que significa:
“Noviazgo sin importancia” “Jerarquía de poca seriedad o duración de una
pareja”. También puede ser tratado como “acompañante ocasional para fines
exclusivamente sexuales”.
Aquellas personas que no quieren compromisos de ningún tipo.
Ni afectivos, ni económicos, solamente el interés de la propia y ajena satisfacción
sexual.
De esta manera los dos individuos obtienen lo que quieren
sin dar explicaciones, sin reglas, sin burocracia de pareja, sin peleas y sobre
todo sin amor.
Regla número 1 del buen filito
Es importante considerar el manejo del vocabulario y usar
las palabras adecuadas cuando existe un acuerdo mutuo y tácito de “only garche”
con la otra persona.
Que palabras y frases no se pueden utilizar, a saber:
- Amor
- Compromiso
- Noviazgo
- Relación
- Pareja
- Fidelidad
- Te amo (jamás)
- Te quiero
- Te extraño
- Te necesito
- ¿Qué somos?
- ¿Querés venir a un asado con mis amigos?
- Venite a casa así cenamos con mis viejos
- ¿Y si nos vamos un fin de semana a descansar a San Pedro?
Es fundamental mantener la disciplina antes y después del
sexo ocasional porque estas palabras y frases y sus múltiples derivados
terminan siempre en una grabe confusión de identidad de la pareja y ahí es
cuando empiezan los problemas.
Regla número 2 del buen filito
No entrar en demasiada confianza con la otra persona, porque
al generar confianza se empieza establecer otro tipo de relación, por ejemplo:
- Nunca ponerse apodos:
Siempre llamar a la persona por su nombre. Si el señor en
cuestión se llama Carlos no decirle ni “Gordo” ni “Charly” ni “Corazón” ni
“Manguera” ni nada. El señor se llama Carlos.
- Luego de la relación sexual no quedarse abrazados ni
haciendo cucharita, ni viendo la tele ni mucho menos compartir el mismo colchón
hasta el día siguiente.
Un tiene que terminar lo que hizo, ir al baño, higienizarse,
cambiarse e irse raudamente. A lo sumo la señorita puede tomarse la libertad de
pedirte un taxi para no quedarse solo en la parada del colectivo.
- No hacer salidas ni planes ostentosos.
Esto quiere decir que no hace falta ir a cenar a Puerto
Madero ni a Villa Crespo. Ni siquiera ir al cine o planear demasiado. El único
permitido es tomar algo en un bar cualquier y ahí si ir rápidamente a la casa o
al hotel alojamiento más cercano. ¡Sin darse la mano! Por favor...
Regla número 3 del buen filito
Hay dos claves para tener en cuenta a la hora de ser un
filito
- “No tener nada que perder”
Al no existir compromiso ni intereses más allá de los
sexuales no hay necesidad de estar nervioso o expectante, ni siquiera de tener
miedo por ser aceptado por parte de la otra persona. Ejemplo:
La señorita Compromiso se encuentra con sus amigas en un bar
y ella cuenta:
- Estoy conociendo a un chico, salimos un par de veces, es
re lindo y es super gracioso. No se que onda, pero me hace sentir re diferente,
especial. Creo que me están pasando cosas.
La señorita Compromiso cita su experiencia con los ojos
luminosos, con una sonrisa entrecortada por el pudor que le da contarlo, con el
corazón palpitando a mil y con toda clase y tipo de mariposas de la A a la Z que existen sobre la tierra,
todas, en su pancita.
En cambio la señorita No Compromiso lo cuenta de la
siguiente manera:
-Tengo un garche, todo bien.
Lo dice sin expresión, sin interés, sin onda, sin nada. Da
lo mismo contar eso o que el otro día no pudo cargar nafta.
- “No hablar de más”
Acá se labura a reglamento. Esto quiere decir que no tiene
que haber ningún tipo ni de reflexión ni cuestionamientos ni mucho menos contar
alguna historia del pasado o problemas personales. Un filito no es una pareja,
mucho menos un terapeuta. A saber:
No hablar de:
- Novios o ex novios
- Problemas de índole doméstico como enfermedades de
familiares
- Fobias, adicciones, sueños, metas, miedos, etc.
Acá se viene a garchar. Si queremos hacer sociales nos vamos
al club.
Regla número 4 del buen filito
Jamás cancelar una salida con amigos por un garche.
Si él o ella manda un mensaje al celular un sábado a noche
pidiéndole que vaya a su casa para “atenderlo u “atenderla” y uno está en medio
de un compromiso como puede ser desde el casamiento de su mejor amigo en
Olavaria o una salida con compañeros de laburo es mejor negarse que cancelar
todo e ir por el deseo.
Acá marcamos no solamente una distancia (la distancia del
filito) si no que también dejamos en claro que no estamos en pareja y que
nuestra vida sigue adelante con nuestros propios proyectos.
De haber sido una pareja, y más los primeros meses, hubiéramos
dejado todo, el casamiento, la salida, un cumpleaños, cualquier cosa para ir a
verlo o verla.
En consecuencia y como hemos podido apreciar, el ser filito
no es para cualquiera. Una persona sensible, inquieta y llena de
cuestionamientos jamás podría serlo.
No es un trabajo sencillo y hasta el más experimentado puede
caer porque los límites son muy estrechos y por supuesto no dependemos de
nosotros mismos. Pero también hay que considerarlo como una salida a la
soledad, la falta de oportunidades y sobre todo, la falta de sexo.
“No soy tu solución, pero si un mejor disfraz” (La Renga – Somos los mismos de
siempre)
Juan.-
Enero/Febrero 2012
PD: Gracias a Magui Monteagudo y a todos los que colaboraron
con ideas, experiencias y situaciones que adornaron y embellecieron este texto.
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