Desde el inicio del tiempo existió la buena y la mala gestión.

En el principio fue el reinado de las grandes gestiones, cuyas hazañas quedaron para siempre en la memoria colectiva defendiendo a los indefensos, a los sin voz, a los necesitados de siempre combatiendo todo tipo de injusticia.

Pero con el paso del tiempo un extraño cambio dio vuelta la historia.

Algunas grandes gestiones fueron mutando, vendiendo sus lealtades, engañando a quienes los habían elegido para defenderlos, traicionando a sus propias palabras, pensando en su beneficio propio, olvidándose de todo y de todos.

Ya nadie sabía a quien creerle, cual era la mala y cual era la buena gestión.

Y fue así que surgió la otra gestión…la gestión que se pregunta, la que se cuestiona, la que está en contra de nadie y a favor de todos.

ESA GESTIÓN ESTÁ CRECIENDO EN ESTE INSTANTE...

miércoles, 7 de julio de 2010

WIR HABEN TIEF IM INNEREN? (¿LA TENEMOS BIEN ADENTRO?)


Ni todas las publicidades gráficas, ni las televisivas, ni las radiales, nisiquera el Dios de la cervecería pudieron creer lo que pasó aquella tarde en Ciudad del Cabo.
Argentina se despidió del mundial en cuartos de final contra el combinado alemán al igual que hace cuatro años pero esta vez no fue “por culpa de los penales” si no por culpa de un contundente 0-4 a favor, claro está, del equipo germano.
Nos quedó la bronca, la impotencia, la angustia, la tristeza para luego pasar a la polémica, la crispación, el puterío y el circo mediático a cargo, por supuesto, de algunos (o los mismos) periodistas detractores del técnico de la selección.
La gestión no va hacer un juicio de valor, nisiquiera a opinar sobre lo estrictamente futbolistico o de las razones por la cual nos volvimos sin la copa, pero si es necesario entender que al fin y al cabo siempre sucede lo mismo cada vez que empezamos un mundial y terminamos volviendo con las manos vacías desde México 86 en adelante.

Como bien se planteó en el post pasado, los mundiales sirven para tapar muchas cosas (el realizado en Argentina 78 da una clara imagen de esto mismo) y siempre caemos en la misma: Se viene un mundial, somos Argentina, somos candidatos, todos nos inflamos, los medios nos inflan más y terminamos siendo pinchados y creyendo que estos jugadores no ponen lo que hay que poner y hay que cambiar todo y que así no se puede seguir y que el técnico y que la AFA y que la FIFA y que este país no da para más y y y y. Siempre lo mismo. Un claro ejemplo de lo que es el exitismo nacional.
Es muy peligroso pensar que ir al mundial significa ir a la guerra. Podemos entender que no es lo mismo que ir a un mundial de Voley. Hay muchísimos intereses en juego que la propia competición y no inventamos la pólvora diciendo esto pero es bueno recordarlo.
Y por supuesto hay que vender, hay que comprar, hay que mantener la capocha puesta en los 22 jugadores corriendo la pelotita durante todo el mes creyendo que el equipo nacional nos va a dar esa alegría que hace años nos es arrebatada.
Dios nos encomendó a estas 23 fieras, los bancos no dan 50 cuotas sin interes, podemos verlo en alta definición, la indumentaria oficial nos vende la remera y los mismos accesorios que usa Tevez ¿Cómo no vamos a estar entusiasmados con todo esto? Entonces claro, la gente responde, el clamor popular deja su voz y garganta alentando y gritando los goles que convirtió esta selección y hasta nos reímos del pulpo Paul que vaticinó la derrota frente a Alemania.
Escuchamos en todos lados:

“El grupo tiene el espíritu del 86”
“Ahora con Messi, que es el nuevo Maradona, vamos a salir campeones”
“Es un equipazo, están mas unidos que nunca”
“Tenemos referentes”
“El Diego les impregna mística”

Todo para llegar al 0-4 en cuartos y a partir de ahí todo lo bueno empieza a ser desastroso como cuando te peleas con una novia.

“El grupo son todos pecho frío, les importa nada más que la guita”
“Messi es un mentira, jamás va a ser como Maradona”
“Son todos unos muertos y se llevaban para el orto”
“Verón es un vende patria”
“El Diego no sabe nada, es un vago, no puede dirigir ni el tránsito”

Los carteles en la calle desaparecen, el Dios de la cervecería ha muerto, la gente se aviva que las 50 cuotas las va a terminar de pagar en el 2014, prenden fuego las camisetas que un partido atrás las besaban y todo ese tipo de cosas que suceden cuando nos damos cuenta que nuestras vidas siguen siendo las mimas miserables de siempre.
Llegamos a tal nivel de desesperación que empezamos a hinchar por los equipos sudamericanos, sobre todo por Uruguay, porque aunque Argentina haya quedado afuera seguimos siendo hermanos latinoamericanos. Nos olvidamos del conflicto con Botnia, dejamos de discutir si Gardel es argento o yurugua y nos volvemos a poner tristes cuando la celeste pierde con Holanda.
Entonces realmente tocamos fondo cuando hinchamos por Baldassi, si, el árbitro argentino para que pueda dirigir la final como lo hiciera Elizondo el mundial pasado, ese mismo árbitro que domingo a domingo lo puteamos hasta que nos salgan los pulmones del cuerpo. Y si no llega a suceder entonces no nos queda otra que desear que Mandela se inmole en el Soccer City y que destruya Johannesburgo, Pretoria, Sudáfrica y todo el continente africano si es posible y que el mundial quede inconcluso.

Amigos, solo nos queda saber que europeo jugará la final contra el otro europeo y cuando esto suceda habrá un nuevo campeón, algunos en el viejo continente festejaran, otros se amargaran y el ciclo de la vida mundial volverá a comenzar de cero.
Tendremos que hacer un ejercicio que nos cuesta mucho a los argentinos futboleros que es hacer una autocrítica, sentar cabeza y pensar porque nos pasa lo que nos pasa. Tener en claro que es sólo fútbol y que por suerte no es la muerte del ser nacional. Dejarnos de joder no con la pelota, si no, con quien la tiene más adentro o quien la chupa más y quizás, en una de esas, podremos llegar a la tercera estrellita en la camiseta para que la indumentaria deportiva oficial nos vuelva a vender la nueva camiseta del campeón y así volver y volver a comprar.
Brasil 2014 queda a la vuelta de la esquina pero mientras tanto la vida sigue y quien sabe que nos deparará.

Brindo por eso.

Juan.-
JULIO 2010

1 comentario:

  1. Yo me he preguntado tantas veces "y ahora quién la tiene adentro?" que ya no sé si es Diego, Toti Pasman, Schweinsteiger o todos los anteriormente mencionados. Pero el que estoy seguro que tiene la culpa de todo este circo y de todas las mentiras es el señor impresentable, mafioso y nazi: Julio Grondona.

    Pero bueno, tenés razón Varela: Yo también ya lo vengo diciendo: el fútbol es sólo un juego. El nacionalismo es un concepto ridículo y lo suficientemente sinsentido en sí mismo, como para exacerbarlo por un mundial de fútbol.

    En definitiva yo pregono: Basta de exitismo, basta de nacionalismo, basta de periodismo oportunista barato. Perdimos y punto.


    Saludos, Leandro.


    P.D.: Y en honor a los huevos y la entrega, el sábado contra Alemania en Puerto Elízabeth... AGUANTE LA CELESTE!! =)

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