Desde el inicio del tiempo existió la buena y la mala gestión.

En el principio fue el reinado de las grandes gestiones, cuyas hazañas quedaron para siempre en la memoria colectiva defendiendo a los indefensos, a los sin voz, a los necesitados de siempre combatiendo todo tipo de injusticia.

Pero con el paso del tiempo un extraño cambio dio vuelta la historia.

Algunas grandes gestiones fueron mutando, vendiendo sus lealtades, engañando a quienes los habían elegido para defenderlos, traicionando a sus propias palabras, pensando en su beneficio propio, olvidándose de todo y de todos.

Ya nadie sabía a quien creerle, cual era la mala y cual era la buena gestión.

Y fue así que surgió la otra gestión…la gestión que se pregunta, la que se cuestiona, la que está en contra de nadie y a favor de todos.

ESA GESTIÓN ESTÁ CRECIENDO EN ESTE INSTANTE...

martes, 10 de agosto de 2010

MI PEQUEÑO ROLINGA: Capítulos I - II


Queridos amigos, es un honor para este servidor humano presentar el primer cuento de la gestión. El mismo será publicado en siete post para su correcta lectura. Espero que los disfruten y que sea de su agrado. Sean felices

Juan.-

“La gestión Varela books” Presenta:


MI PEQUEÑO ROLINGA.
“Una historia de rock, amistad, barrio y flequillos”



CAPITULO 1
INTRODUCCIÓN AL CONCEPTO DEL IMAGINARIO POPULAR ACERCA DE SER UNA ESTRELLAS DE ROCK.

Muchos por lo general tenemos la rara fantasía de que los “rockstar” son aquellos tipos que tienen mucha fama, muchos millones de dólares, se revuelcan con cuanta mina se les ocurra, viven de fiesta todos los días, se levantan tarde, se acuestan tarde (si es que se acuestan) se drogan mucho, abusan reiteradas veces del alcohol y otras substancias ilegales para luego convertirse a alguna religión rara, dejar todo tipo de abusos, formar una familia, cuidarse en cuerpo y alma y tener conciencia social, ecológica y religiosa.
Otros pueden pensar que ser un rockstar es limitarse “a tocar la guitarrita”.

Estas consideraciones pueden ser posible puesto que el cine como la televisión nos dan dado la Biblia sobre lo que es ser una estrella del rock, pero en realidad todo depende de la banda, de los músicos y fundamental del lugar donde hayas nacido.
En efecto podemos considerar que el rockstar es una persona afortunada. Primero porque vive de lo más importante, su música, luego esto lleva acaparado, en muchas oportunidades, todos estos factores antes mencionados ajenos a la creación e interpretación de la misma música.
Esto quiere decir, primero, que a muchos músicos lo que menos les importa es la música y segundo que no es lo mismo ser una estrella del rock en los Estados Unidos o Inglaterra en los 80 que ser una estrella del rock en Argentina después del 2001.
Pero vayamos por partes.

CAPITULO 2
EL NENE QUIERE TOCAR LA GUITARRA.

Cuando uno es adolescente por lo general adolece de un montón de cosas, una de ellas es el sentido común, otra puede ser la moral y la falta de buenas costumbres y porque no, se adolece de la misma razón.
Ahora ¿Qué sucede cuando esta falta total de valores se mezcla con el rock? Sencillo, el adolescente se la pasa encerrado en su cuarto con la música al palo y haciendo que toca la guitarra con la paleta de paddle que le regalaron sus padres y que solo utilizó una sola vez en la única clase que asistió de profesor particular de paddle.

Una paleta con la cual simula tocar, frente al espejo, como Eddie Van Halen, Jimmy Page, Angus Young, Keith Richards, Johnny Ramone y Slash entre otros. Y si no se encuentra tocando la guitarra imaginaria de seguro que se está matando a pajas.

Por consecuencia el paso siguiente puede ser querer estudiar algún instrumento, en este caso, la guitarra.
Como todos ustedes sabrán, se puede elegir entre tener una criolla o una eléctrica, pongamos que elije la eléctrica. Además necesita un amplificador para amplificar el sonido de su guitarra más un cable que le permita ser de puente entre su guitarra y la amplificación de la misma más un afinador y una pua como mínimo como para empezar hacer un poco de ruido en su cuarto y abandonar para siempre la paleta, pero jamás la paja.

Ahora bien, se puede ser autodidacta, de hecho muchos músicos y profesionales del arte jamás en su vida han asistido a un profesor de algo. Un caso concreto es el de Jimi Hendrix que obtuvo su primera guitarra acústica (o sea criolla) a los 14 años a cambio de 5 dólares y un Ukulele. Se la pasaba todo el día practicando canciones de sus ídolos como Robert Jonson y B. B. King y a pesar de no ir jamás a un profesor (y de ser negro) Jimi logró triunfar y ser recordado como uno de los mejores guitarristas de la historia.
Pero supongamos que hay que ir a un profesor, entonces se busca uno que sea bueno o uno recomendado por la madre de otro chico que está tocando también la guitarra y después de haber comprado la funda para trasladarla llega a su primera clase.

Uno de los problemas de nuestra sociedad causados por la rapidez de nuestros días, la publicidad, la comida chatarra y Starbucks es que los chicos quieren saberlo todo ya, no se dan el tiempo producente para aprender algo, todo lo quieren saber al instante. Y esto obviamente es trasladado a la enseñanza del instrumento en cuestión. El chico quiere salir de su primera clase sabiéndose “Fear Of The Dark” de Iron Maiden o la intro de “Thunderstruck” de AC/DC.
Como ven que esto resulta ser imposible ya que a veces para empezar a tocar “Paradise city” de Guns N Roses hay que aprenderse antes “Zamba de mi esperanza” porque es más fácil y además de eso dedicarle tiempo y esfuerzo (como hizo Jimi) a practicar en casa, los chicos, por lo general, se ven sumamente frustrados y abandonan al poco tiempo dejando la guitarra junto a la paleta en el armario y dedicarse exclusivamente a matarse a pajas.
Distinto es si se trata de un chico con aspiraciones de ser un Punk. Un profesor de guitarra le puede decir: “Mirá, esto un DO, esto es un RE y esto es un MI, FA, SOL, LA, SI” y al pibe ya le alcanza para vivir de la música si quiere.

Supongamos que el chico es instruido (o que sus padres lo obligaron a cambio de la compra de la guitarra y demás accesorios a ir dos años de clases mínimo) y que ya se sabe un par de cosas, algunos arreglos, punteos, acordes, ya sabe afinar solito, pero claro, uno se cansa de estar frente al espejo rodeado de cuatro paredes tocando arriba de los discos y mirándose al espejo como una estrella de rock. Necesita subir al siguiente escalón y por supuesto no caerse en el intento.

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